PRÁCTICA 1

Sudáfrica
Primero, para situarnos, Sudáfrica es una república parlamentaria cuyo presidente es Jacob Zuma, desde 2009. Es el único país del mundo con tres capitales: Pretoria, Ciudad del Cabo y Bloemfontein.
El 55.8% y el 28.1% de la población considera que la religión desempeña un papel muy importante o bastante importante en sus vidas, respectivamente. Este resultado, ligeramente más bajo que el de otros países analizados de la región, puede responder al hecho de que Sudáfrica sea un país laico y la libertad de credo religioso esté garantizada por la Constitución, mientras que el resto de países son confesionales musulmanes, excepto Nigeria. Aun así, la religión sigue jugando un papel fundamental en la vida de la mayoría de los sudafricanos, siendo la principal religión el cristianismo (80%), mayoritariamente protestante y evangélico. Resultan también relevantes los porcentajes de no religiosos y ateos (15%).
Con su brutal historia de apartheid y colonialismo, pocos lugares son mejores que Sudáfrica para analizar los derechos humanos. Por supuesto, cabe destacar el papel sobresaliente de Nelson Mandela, quién llegaría a ser el primer presidente negro de Sudáfrica en 1994, en la defensa de los derechos de la población negra durante el régimen del apartheid. Formalmente existe la declaración de derechos humanos sudafricana y es firmante de la declaración de los derechos humanos universales de la ONU y miembro del Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial. Además, la Carta de Derechos garantiza el trato igualitario para todos los sudafricanos y prohíbe la discriminación por raza, sexo o género. Aun así, solo 53% de la población sudafricana encuestada piensa que hay entre bastante y mucho respeto por los derechos individuales. Este dato puede deberse a incidentes puntuales de abuso de autoridad policial y ataques xenófobos a inmigrantes.
Solo el 24.9% de la población de Sudáfrica tiene como principal preocupación la posibilidad de sufrir un ataque terrorista, siendo así el porcentaje más bajo de los países analizados de la región. Posiblemente, esto se debe a que no existe ningún conflicto armado relevante en Sudáfrica, salvo conflictos étnicos puntuales. Sin embargo, el miedo a un ataque terrorista puede derivar de que Sudáfrica de la escasa actividad de la red terrorista Al Qaeda en Sudáfrica que, según la policía sudafricana cuenta con al menos dos campos de adiestramiento en el país o la alerta mundial a raíz del grupo terrorista DAESH.
El 21,2% de la población considera, en una escala del 1 al 10, como 10 que una característica esencial de la democracia es que las mujeres tengan los mismos derechos que los hombres. Así, es el porcentaje más bajo de la región y, sin embargo, esto puede interpretarse como que la mujer ya está integrada de facto en la democracia. La Constitución de Sudáfrica provee la infraestructura de referencia para la promoción de la igualdad de género y, por lo tanto, la participación de las mujeres en la aprobación de leyes. Así, la representación de las mujeres en la Asamblea Nacional ha alcanzado el 45% en las elecciones de 2009, situándose en el tercer puesto mundial en términos de representación de la mujer en el Parlamento. Por último, Sudáfrica es miembro del Comité para la Eliminación de la Discriminación de la Mujer.
Para terminar, en el ámbito político, el 45.6% de los sudafricanos consideran que la política es bastante importante o muy importante. Este porcentaje me resulta del todo contradictorio pues el sufragio universal, conseguido en las primeras elecciones democráticas 1994 representó un hito histórico en Sudáfrica, con la caída del régimen del apartheid. Solo desde este momento las personas negras, que representan aproximadamente el 79,7% de la población, pudieron votar. Por lo tanto, la política debería ser una herramienta de reivindicación muy poderosa para conseguir la plena igualdad de derechos y oportunidades.
Virginia García Bolívar

El limbo político y social de Egipto
La República Árabe de Egipto es un país transcontinental (ejerce su soberanía tanto en territorio africano como asiático) bañado por los mares Mediterráneo y Rojo, algo que será especialmente relevante en el desarrollo de su historia. La civilización egipcia, que en su momento supuso el origen de la cultura Occidental, es actualmente una potencia política y cultural de Oriente Próximo que presenta grandes desequilibrios en su administración interna. Para comenzar con el análisis de las cinco variables seleccionadas a través de la web World Values Survey, penetraremos en la actividad democrática que hoy tiene lugar en este país:
El sistema legal de la república democrática parlamentaria egipcia tiene su base en la Constitución de 1971 y está asentado en un sistema político unicameral representado por la Majlis Al-Shaab o “asamblea del pueblo”. Aunque superficialmente el poder se organiza bajo un sistema multipartidista, en la práctica, y durante más de cincuenta años, el presidente se ha elegido en elecciones con un solo candidato. Es en el año 2005 cuando Hosni Mubarak llega al poder y permite que varios candidatos puedan presentarse. Mubarak vuelve a arrollar en la primera vuelta de las elecciones de 2010 dejando fuera a los Hermanos Musulmanes, principal oposición islamista, aunque días más tarde varios medios de comunicación y entes internacionales denunciaron movimientos ilegales en dichas elecciones. Mubarak fue depuesto y en junio de 2012 Mohamed Morsi (Hermanos Musulmanes) fue el primer presidente democráticamente elegido en Egipto.
Sin embargo, fue el golpe de estado militar de 2013 (que ha hecho que el ejército se mantenga en el poder) el que sometió a referéndum una nueva Constitución, alternativa al islamismo de Morsi, al año siguiente. Las nuevas autoridades apelan a los Hermanos Musulmanes como organización terrorista y dan un paso atrás situándose a los niveles de poder de Mubarak. El poder en Egipto se estanca mientras su población no ve respetados los derechos individuales por los que el pueblo intentó plantar cara al gobierno de Mubarak en la fallida Primavera Árabe de enero de 2011.
En base a este análisis tres de nuestras variables pueden tener ya sentido:
La primera de ellas, la referente a la igualdad entre hombre y mujeres, muestra unos resultados esperanzadores en un país donde aún solo el 59,4% de las niñas están escolarizadas y el 92% de ellas sufren ablación. Algo más del 70% de la población cree que esto es necesario para conseguir la ansiada democracia, frente a un 29,2% que rechaza la idea.
La segunda variable corresponde con el respeto a los derechos humanos individuales, que rompe con cualquier tipo de esperanza anterior con casi la totalidad de la población negando la existencia de cualquier tipo de respeto hacia el ser humano en su país (96,6%).
La importancia de la política, y tercera variable, en un país gobernado militarmente e inestable hasta decir basta en comparación con algunos años atrás destaca más bien por la falta de preocupación de casi un 30% de la población.
Ponemos fin a este bloque político para hablar de religión y terrorismo (dos últimas variables). Dos conceptos que están teniendo gran protagonismo en Occidente desde aquel 11 de septiembre de 2001 en el que los estadounidenses se derrumbaron al igual que aquellas dos torres, y el mundo en su conjunto, espeluznado, se congeló.
En un momento en el que el radicalismo islámico ha cobrado un auge nunca antes visto con Estado Islámico a la cabeza, el planeta al completo se ve amenazado. Egipto tiene miedo, su población muestra miedo, y así se ve reflejado en un porcentaje que podría alcanzar el 90% en cuanto a miedo por un inminente ataque terrorista.
Puede ser indudable pensar que la religión no mueva muchas de las fichas del propio Estado siendo considerada importantísima por el 99,8% de la población. El islamismo suní conforma la religión oficial y mayoritaria (90%), seguido de un 9% de cristianos coptos y un 1% de cristianos católicos, protestantes y armenios. Las leyes relativas a la edificación de iglesias (que requiere permiso del gobierno) y la práctica abierta de la religión han disminuido recientemente.
Concluimos nuestro estudio con una dura imagen de un Egipto sacudido por la lucha indiscriminada por el poder. Un Egipto que siente pavor pero que al mismo tiempo no se rinde, y que ojalá pronto se vea a sí mismo renacer.
Andrés Escribano Gómez.

Libia, divide y vencerás
El Estado de Libia, independiente desde 1951, es un país del norte de África, situado en el Magreb. Su capital es Trípoli. Limita con el mar Mediterráneo al norte, al oeste con Túnez y Argelia, al suroeste con Níger, al sur con Chad, al sureste con Sudán y al este con Egipto.
En 2011, tiene lugar la Primavera Árabe, es decir, una serie de manifestaciones por parte de numerosos países árabes (Túnez, Marruecos, Siria, Libia, Egipto, Argelia, etc.) en clamor de la democracia y los derechos sociales.
Hasta ese mismo año, el Estado de Libia mostraba el mejor IDH del continente africano. Un Índice de Desarrollo Humano de 0,799 le asentaba en el puesto número cincuenta.
Actualmente, Libia ha cambiado. Un lustro y ya no es la misma. Tras la famosa Primavera Árabe, la población libia se dividió: los revolucionarios o separatistas, apoyados por Occidente, y los fieles al régimen dictatorial de Gadafi. La revuelta se transformó en una guerra civil, que perdura a día de hoy.
Hace varios días realicé, junto con varios compañeros de clase, un informe sobre cinco variables de las muchas que propone la Encuesta Mundial de Valores y son las siguientes: igualdad entre hombres y mujeres, respeto de los Derechos Humanos, política, religión y preocupación ante un ataque terrorista.
En primer lugar, el 68.2% de la población considera que la paridad entre hombres y mujeres es un aspecto fundamental de una democracia. Con razón alzaron sus voces en 2011.
En segundo lugar, el 63.2% de los libios vulnera de manera continuada los derechos humanos. Contradictorio, ¿verdad? La igualdad entre hombres y mujeres y el respeto de los derechos humanos van de la misma mano: la democracia.
En tercer lugar, para el 57.1% de la población libia tiene relevancia la política. El 7 de julio de 2012, se realizaron elecciones en el país para el Congreso General de la Nación (2,8 millones de votantes), tras las cuales la Asamblea Constituyente eligió un Primer Ministro, su Gabinete y una autoridad constituyente. Se redactó la nueva Constitución de Libia, y posteriormente, se celebraron elecciones generales. Por otro lado, el 25 de junio de 2014, tuvieron lugar las elecciones a la Cámara de Representantes (1,5 millones de participantes), órgano que sustituiría al anterior.
Es curioso como más de la mitad de la población libia opina que la política es importante en sus vidas, pero a la hora de la verdad, solo el 25% de los electores acude a las urnas. Qué pronto se han cansado.
En cuarto lugar, la religión es súper importante para los libios y libias. De hecho, el 94.9% así lo cree. Bajo mi punto de vista, las creencias religiosas son instrumentalizadas por las direcciones políticas para alcanzar sus objetivos electorales. El príncipe, como diría Maquiavelo, juega perfectamente sus cartas en este aspecto. La religión es el suspiro de una clase oprimida, es decir, ‘la religión es el opio del pueblo’, y no lo digo yo, sino Karl Marx.
Por último, la preocupación sobre un ataque terrorista. El 68.9% de los habitantes de Libia tiene miedo a un atentado terrorista. El último incidente ha tenido lugar en la localidad de Zliten, el 7 de enero de este año, cuando un camión bomba colisiona con una academia de policía, dejando sesenta muertos y más de cien heridos. Ningún grupo se ha adjudicado dicho ataque, aunque el DAESH (autodenominado Estado Islámico) ha incrementado su presencia en el país tras muerte de Gadafi.
La situación política actual es inestable. El país presenta un gobierno provisional, cuyo Jefe de Estado es Aguilah Issa. La población de Libia está dividida en dos. El futuro de Libia es incertidumbre. Divide y vencerás.
Samuel Antón Chivo.

Nigeria, el gran desafío
Nigeria es el país más poblado de África y el séptimo del mundo, además de tener una de las economías más crecientes de los últimos tiempos. A pesar de esto, Nigeria es el país de la desigualdad en carne viva. En la nación más poblada del continente, con 177 millones de habitantes, la opulencia y la miseria se miran cara a cara.
Uno de esos problemas y la primera de las variables analizadas es “Women have the same rights as men” cuyo resultado es el siguiente: el 21.6% de los encuestados considera que las nigerianas tienen los mismos derechos que los nigerianos, sin embargo, un 19% lo considera que esta igualdad es insuficiente o inexistente. Ni siquiera el 50% de la población piensa que las mujeres están en igualdad de condiciones que los hombres. Este resultado se refleja en el país, donde la desigualdad de género es aún muy palpable. La mujer queda relegada al cuidado de la familia, mientras es el marido quien decide en todos los aspectos de su vida. La voz de la mujer nigeriana no se oye lo suficiente y se necesita aún mucho progreso para esto pueda llegar a suceder. Además, hay que destacar que la aparición de Boko Haram en el país empeora aún más la situación de la mujer, donde miles de niñas y mujeres han sido secuestradas y han sido sometidas a ser simples esclavas sexuales.
En segundo lugar, la variable “How much respect is there for individual human rights nowadays in this country” refleja una división de opiniones. Mientras el 21% opina que se respetan totalmente los Derechos Humanos, un 29% afirma que estos derechos son más bien violados. En Nigeria, el reconocimiento de los Derechos Humanos es escaso y los funcionarios del gobierno en todos los niveles continúan cometiendo graves abusos. Las mayores problemáticas en cuanto a Derechos humanos son: las ejecuciones extrajudiciales; arrestos arbitrarios; corrupción judicial e influencia del Ejecutivo en el Poder Judicial; violación, tortura y otros tratos inhumanos; trata de personas para prostitución y trabajo forzado; trabajo infantil, abuso sexual infantil, y explotación laboral de niños; vulneración del derecho a la privacidad y la limitación del derecho de los ciudadanos a elegir el gobierno.
“Important in life: Politics” o la importancia que tiene la política en la vida de los nigerianos. Paraun 33% de los encuestados no es importante la política. Con la situación de pobreza que se vive en el país, a los nigerianos les importa más poder comer diariamente, ya que han perdido la confianza en los sucesivos gobiernos, nefastos y corruptos.
Nigeria es un país dividido entre las dos religiones mayoritarias, musulmanes (norte) y cristianos (sur). La importancia de la reglión en la vida de los nigerianos o la variable “Important in life: Religion” muestra como 89% considera muy importante la religión. Los conflictos sociales en este país provienen mayoritariamente de esta división. Los enfrentamientos más numerosos se circunscriben al ámbito religioso ya que en las últimas cuatro décadas la intransigencia religiosa se ha cobrado cientos de muertos en Nigeria.
Por último y, tal vez, el tema más relacionado con la actualidad es la preocupación a un inminente ataque terrorista. Los resultados de la variable “Worries: A terrorist attack” reflejan como la mitad de los encuestados (50.9%) teme que se produzca un ataque terrorista. Esto es debido al ya mencionado Boko Haram, grupo terrorista que con crueldad asola el país y atemoriza a la población nigeriana (entre otras) con bombas suicidas y atentados desde 2012. En 2015, Boko Haram, cuyo nombre significa en lenguas locales "La educación no islámica es pecado", mató a más de 3.000 personas.
Jacqueline Epah Rodríguez.

Marruecos, ¿es ya Occidente?
Marruecos, país al norte de África, a tan sólo 14 kilómetros de la Península Ibérica comparte fronteras con Ceuta y Melilla. Es una monarquía constitucional, con un parlamento electo. El Rey, Mohamed VI, tiene amplios poderes ejecutivos, con la posibilidad de disolver el gobierno, el Parlamento y dirigir las fuerzas militares. El actual presidente de gobierno es Abdelilah Benkirán, del partido “Desarrollo y Justicia”. Marruecos, ¿quién no conoce o tiene un amigo marroquí? Más de 720.000 inmigrantes de España provienen de este país musulmán vecino, y hoy, podremos conocer más acerca de ellos, su visión del mundo y el porqué de la misma teniendo en cuenta distintas encuestas de World Survey Values.
En primer lugar, hablemos de la igualdad entre hombres y mujeres (para nosotros una característica directamente proporcional a la Democracia) pero ¿opinan lo mismo los marroquíes? En una escala de 1 a 10 donde 1 es que no es una característica esencial de la democracia y 10 sí, un 60% de la población marroquí establece una relación intrínseca entre igualdad de género y democracia. A comparación con países occidentales, es una cifra de concienciación realmente baja, sin embargo; es país en cabeza si el símil se establece respecto a otros de la zona. Una de las razones de esta destacada manera de pensar de la mayoría de los marroquíes es la cercanía a los países occidentales. Además, Marruecos sufrió una gran emigración a finales del S. XX y principios del XXI que como resultado ha dejado un marcado número de población que se identifica con una cultura y religión moldeables a algunos de los cánones occidentales. Esto supone un contagio más o menos directo de esta armonía y forma de vida. Asímismo cabe destacar que antes del éxodo mencionado, el país ya se vio influenciado por la cultura y orden político-social que establecieron tanto españoles como franceses durante sus respectivos protectorados. Hoy día, España es el socio comercial número uno de Marruecos; el comercio como tal propicia la transmisión de culturas. Es por lo que este país ha desarrollado cambios mayores que otros con respecto (entre otros aspectos) a la concepción de la importancia de la igualdad de género.
Como segundo tema a destacar analicemos la importancia del respeto de los derechos humanos. Es sorprendente ver como el 52,2% de la pobación considera que estos no son perseverados. A comparación con los demás países elegidos los resultados se encuentran en una posición media del ranking. Marruecos ha firmado y ratificado la mayoría de los pactos de DH, sin embargo se ha abstenido de hacerlo en protocolos adicionales, como es el Protocolo Facultativo del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. Además, cabe destacar que el índice de corrupción según Datosmacro, es de un 80 sobre cien. Esto incide de manera directa en los vacíos legales, manipulación de juicios justos o incluso incumplimiento de los DDHH y normas por parte de las autoridades. Sólo en 2015, Amnistía Internacional denunció 173 casos de tortura en el país.
En tercer lugar, analicemos algo que en España nos mantiene pendientes día a día y que en Marruecos apenas un escaso 16% considera importante: la política. Marruecos en las últimas elecciones sólo tuvo una participación del 45%, algo más que en el año 2007 que tan sólo llego al 37. La indiferencia política se debe a la conformidad de la población y a la desconfianza fruto de la corrupción; en suma, la tasa de analfabetismo es de un 30%, muchas de las familias de clase baja no muestran interés por la política por el desengaño o poco conocen de los mecanismos de elección. Sin embargo, entre tanta indisposición cabe destacar ese leve aumento de participación mencionado debido entre otros a las nuevas políticas del Rey Mohamed VI. La nueva Constitución, aprobada el 1 de Julio de 2011 permite la elección por parte directa de los votantes de su primer ministro (antes era nombrado por el Rey del partido que quisiese sin tener por qué ser de la lista más votada). Estos pequeños cambios animan a los ejercer su derecho a voto.
En Marruecos la religión es muy importante para casi el 90% de la población. Pese a ser un país semioccidentalizado, sigue estando muy aferrado al Islam y sus costumbres. Esta es su religión oficial según el Art.6 de su Constitución, no se reconoce la conversión a otra religión. El rey tiene el título honorífico de “Amir al-Muslimin” (el emir de los musulmanes por ser descendiente de Mahoma) por tanto tiene como responsabilidad asegurar el Islam en el reino. Las leyes aún impregnan religión (que no fundamentalismo), la tradición sigue estando presente en el día a día: bodas, jornada laboral dependiente de la oración, impuestos,… Conviven otras religiones como el cristianismo o judaísmo, el ateísmo es casi inexistente.
Por último como última variable hacer referencia a la preocupación de ataques terroristas. El porcentaje de preocupación es el segundo más bajo de los países a comparar de la zona con sólo un 37,7%; aun así es una cifra significativa para ser un país estable con respecto a los demás (afectados por grupos terroristas o revueltas internas). Marruecos es un país amenazado por los grupos más fundamentalistas y criticado por los gobiernos menos tolerantes y aperturistas. Además, posee un porcentaje preocupante de grupos vulnerables a la manipulación o reclutamiento, lo cual activa la alerta.
Como marroquí y testigo de lo que sucede bajo estas fronteras, podría destacar algo que cambia toda variable: el dinero. Está más que aceptado el soborno y la corrupción, las leyes son para los que no pueden permitirse hacer chantaje. Algo que personalmente me sorprende es que en Marruecos la gente habla siempre bien del rey. Ser republicano es algo inconcebible o al menos poco escuchado. La población entiende que el máximo poder, el rey, hace y ofrece dinero para las mejoras del país; pero que son los que lo reciben los que se corrompen y lo gastan. Sin embargo, no hacen nada. Hay un alto porcentaje de la población que considera que quejarse es ir contra un monarca que hace lo que puede y no tiene la culpa. La población es conformista porque hubo tiempos peores. Pero de poco vale decir “las cosas van mejor que con el padre” si siguen sin ir bien. Es cierto que tanto la censura y legislación son algunas de las menos restrictivas del mundo árabe; pero hay más aperturismo, de nuevo, para el que tiene dinero. Aquel que con un Rolex en la mano puede comprar, por ejemplo, el derecho a sostener una copa.
-En cualquiera de las fronteras que rige en mayor o menor medida la ley islámica; los que velan por el acceso de su pueblo al paraíso, son los que cobran entrada a los que si fueran pobres condenarían por apóstatas.-
Sabrin Yermak Moumen.

Túnez, tradición y desarrollo
La república tunecina, ubicada al norte de África y con capital en la ciudad con el mismo nombre, posee una forma de gobierno semipresidencialista y democrático, esto último gracias a los levantamientos, en 2011 de la Primavera Árabe. Este estado posee alrededor de 165000 km cuadrados, de los cuales una gran parte están ocupados por la extensión del desierto del Sahara. En cuanto a sus relaciones internacionales, es un país que participa en muchas de las organizaciones actualmente vigentes en la sociedad internacional, como son por ejemplo la Liga de Estados Árabes o la Unión Africana.
En cuanto a su historia, Túnez es un gran recipiente de la misma, teniendo en cuenta la amplia variedad de culturas que, a lo largo de los siglos han ido poblando, modifican y enriqueciendo el país. El actual territorio tunecino, fue en su día parte de Cartago, cuna de la civilización romana, y tras esta, otras muchas habitaron las mismas tierras. En la época colonialista, tanto Francia como Gran Bretaña fijaron sus ojos en el país, pero finalmente, fue la República francesa la que se hizo con el control del mismo. No fue hasta pasada la Segunda Guerra Mundial (en la que el régimen tunecino apoyó fielmente al de Vichy), en 1955 cuando Túnez consiguió el autogobierno, y 2 años más tarde, la independencia absoluta.
Otra de las características relevantes de este estado, es su confesionalidad. La religión oficial del estado es el Islam, profesándola (en la rama suní) un 99% de sus habitantes. Esta abrumadora cifra, que representa la absoluta mayoría, deja reducido a un porcentaje muy escaso los creyentes que forman parte de la rama chiíta o del cristianismo.
Como ya mencionábamos antes, Túnez es una democracia joven, fruto de las revueltas acaecidas en varios países orientales, conocidas como Primavera Árabe. Actualmente, se puede considerar que el estado tunecino tiene una estabilidad política bastante aceptable, por lo que, la población se ha despreocupado de los asuntos políticos para centrarse en otros temas que les afectan más directamente. No obstante, y pese a que se han dejado de lado los temas políticos, las mujeres van avanzando en su camino hacia la igualdad, y hoy por hoy, una gran parte de la población considera que esto, es un rasgo fundamental para calificar a un estado como democrático.
Los ataques terroristas han sido, por desgracia, protagonistas en las noticias de Túnez en más de una ocasión. Uno de los más graves y recientes fue el del pasado junio, que se llevó numerosas vidas consigo e hirió a otras tantas víctimas. Hoy por hoy, la población de la república tunecina no es una población que se sienta segura y teme, inevitablemente, que los acontecimientos vuelvan a repetirse.
Por otra parte, no solo los ataques terroristas son el centro de la preocupación de la sociedad de Túnez. Otro tema en el que se ha ido evolucionando ha sido el respeto por los derechos individuales. Hace no tanto tiempo, era impensable para los tunecinos poder luchar por ellos, pero, a día de hoy, una importante masa de la población opina que sí que se respetan. Este gran progreso no debe pasar desapercibido, pero el tema no debe caer en el olvido y se ha de seguir progresando.
Irene Ruiz Sánchez.